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jueves, 7 de julio de 2011

El Misterio de Piedra Escrita (5ª Parte)

El Misterio de Piedra Escrita (5ª Parte)

"La Ermita de San Julián"
¿Un posible  templo "gay"?


El equipo de Investigación de Diario Corucho
La historia de la búsqueda de la “Ermita de San Julián” nació con uno de los lectores de Diario Corucho que sugirió continuar los trabajos de investigación de “El misterio de Piedra Escrita” con la búsqueda de unos restos arqueológicos que había oído existían en un paraje conocido como “Ermita de San Julián” ya en el término municipal de Almorox. Este lector de nuestro blog aseguraba que podría haber restos de sarcófagos en piedra y los propios restos de una ermita a dicho santo.
Si el 16 de Enero de 2011 nos llegó este mensaje, a finales de ese mismo mes el equipo de investigación de Diario Corucho estaba preparado para comenzar la búsqueda de los restos en la zona y así, nos dirigimos a las coordenadas que nos indicó: en los mapas 1:50K y 1:25K, por la cañada desde Tabalón al cruce de Almorox.












En esta primera búsqueda el equipo se topó con numerosas dificultades por la difícil orografía y el tiempo, y después de 3 horas sin resultados, abandonamos la zona con la esperanza de poder volver con más medios y mejores condiciones ambientales.
15 días después, a mediados de Febrero, volvimos a la zona indicada dispuestos de mapas cartográficos, la aplicación “Sigpac” del Ministerio de Defensa, Escuadras, Brújula y material de medición, y tras hora y media de búsqueda hayamos un pequeño recinto, del que solo quedaban las cuatro esquinas inferiores en piedra en el suelo delimitando un rectángulo de unos 30 metros cuadrados. Por su situación interpretamos que podría ser los restos de una vivienda antigua o incluso de la propia ermita de San Julián, pero sin embargo, no había datos suficientes para llegar a esta conclusión, ni tampoco elementos por los alrededores que contribuyeran a afirmarlo.
Los restos se situaban en la esquina de un recinto de viñedo con las siguientes coordenadas:
Latitud: 40º 15’ 37,60’’ Longitud: 4º 25’ 3,12’’

(Clic en las imágenes para ampliar)




Desilusionados con un nuevo fracaso en la búsqueda volvimos al pueblo de Cenicientos para recabar los datos de todo el equipo e intentar llegar a una conclusión y tomar una decisión para continuar la búsqueda. Así pues, el equipo, tomó la decisión de aparcar la búsqueda  temporalmente hasta que existieran nuevas pistas sobre el paradero de esos restos.
Dos meses después, tras anunciar en el blog la búsqueda y pedir la colaboración de los lectores, nos llegó un correo electrónico que contenían unas fotos con unos restos en piedra con marcas de cruces cristianas e inscripciones, así como una tumba antropomórfica como las del paraje de Piedra Escrita, que nos devolvió la ilusión. Se trataba de un correo en el que un grupo de ciclistas aseguraba haber encontrado los restos de la ermita de San Julián.
Una semana después quedamos con uno de los ciclistas que nos enseñó los restos que habían encontrado, a escasos 500 metros de donde encontramos los restos de la vivienda en piedra. Nuestra investigación estaba siendo encauzada de nuevo y con resultados sorprendentes. Al parecer los ciclistas se toparon con los restos en una curva del camino por el que transitaban practicando deporte y les llenó de curiosidad la cantidad de inscripciones en la piedra.















Descripción
El conjunto granítico consta de dos grandes piedras en la parte frontal (junto al camino), una tumba antropomórfica asociada a este conjunto en su vertiente noroeste (entre unas encinas) y los restos de la ermita de San Julián en piedra en su vertiente noreste.
La piedra central del conjunto posee una inscripción en su vertiente suroeste que consta de una cruz cristiana (más profunda, por lo tanto, más reciente) y una inscripción latina que pudiera rezar “ERUS” o “EROS” (mucho más liviana, luego más antigua). En su vertiente sureste posee un gran deterioro por los agentes ambientales (viento, lluvia o filtraciones) pero se pueden identificar trazos más y menos profundos de un relieve esculpido a modo de escena, como en la piedra de Piedra Escrita.

 Inscripciones de la parte suroeste  de la piedra central
















Relieve en la parte sureste de la piedra central

La segunda piedra del conjunto, al noroeste de la primera, posee dos rebajes a modo de hornacinas (como en el nemetón prerromano del paraje de Piedra Escrita) en su parte superior y su lateral oeste.
 Rebaje a modo de "hornacina" que sirvía de antorcha con la quema de grasa animal















Hornacina en zona noroeste

Tras ambas piedras, escondida entre encinas, se encuentra una tumba antropomórfica en piedra, algo más avanzada que las de la zona de Piedra Escrita, debido a que en su borde superior posee un rebaje por todo su perímetro a modo de chaflán para encaje de la tapa del sarcófago, poseyendo además un agujero desde el hueco de la tumba hacia el exterior que pudiera ser el canal de extracción de fluidos y elementos en descomposición.















Tras todo este conjunto, 5 metros al norte se encuentran los restos en piedra de un edificio de aproximadamente 100 metros cuadrados, del que solo quedan las primeras piedras, aunque existen indicios de restos subterráneos tanto de los muros del edificio como del suelo del mismo. La techumbre, por aquel entonces, sería de madera por lo que no existen restos de la misma. De aquí nace la teoría de la desaparición del culto en dicha ermita, debido a un incendio o varios de la misma, que ofrecen algunos arqueólogos en cuanto al abandono del culto en lugares históricos y a las personas que conocían de la existencia de dichos restos.















Interpretación y Estudios
Tras inspeccionar “in situ” la zona y acometer mediciones y fotografías del conjunto nos centramos en la misión de descifrar el significado de la inscripción delantera “ERUS” o “EROS”, la duda surge al no observarse demasiado bien la tercera grafía (“O” ó “U”) ya que las demás están claras. Nuestros conocimientos previos sobre iconografía no alcanzaban a descifrar esta palabra así que volvimos al pueblo de Cenicientos para indagar en el significado de la grafía y su relación con la ermita de San Julián, no sin antes agradecer la curiosidad de los ciclistas que nos llevaron a este descubrimiento.
Respecto a la palabra “ERUS” no existen acepciones, sin embargo, sobre la palabra “EROS” encontramos mucha información, que reproducimos aquí parcialmente:
En la mitología griega, 'Eros (en griego antiguo Ἔρως) era el dios primordial responsable de la atracción sexual, el amor y el sexo, venerado también como un dios de la fertilidad. En algunos mitos era hijo de Afrodita y Ares, pero según El banquete de Platón fue concebido por Poros (la abundancia) y Penia (la pobreza) en el cumpleaños de Afrodita. Esto explicaba los diferentes aspectos del amor.
De acuerdo con la tradición iniciada por Eratóstenes, Eros era principalmente el patrón del amor entre hombres, mientras Afrodita presidía sobre el amor de los hombres por las mujeres. Su estatua podía encontrarse en las palestras, uno de los principales lugares de reunión de los hombres con sus amados, y a él hacían sacrificios los espartanos antes de la batalla. Meleagro recoge este papel en un poema conservado en la Antología Palatina: “La reina Cipria, una mujer, aviva el fuego que enloquece a los hombres por las mujeres, pero el propio Eros convence la pasión de los hombres por los hombres”


Por si solo, puede no decirnos nada, sin embargo, si buscamos información sobre el santo: San Julián, llegamos a esto:
Nació San Julián en la ciudad de Antioquía (en Siria), de una familia que se preocupó por darle una muy buena formación religiosa.
Sus padres querían que se casara con una joven muy virtuosa y de familia muy rica, pero Julián tuvo una visión en la cual vio algunos de los premios que Dios reserva para quienes conservan su virginidad y narró su visión a la novia. Y entonces los dos, de común acuerdo, hicieron voto de castidad: un juramento de conservarse siempre puros. Poco tiempo después murieron los padres de los dos jóvenes, y entonces Julián y su prometida se fueron cada uno a un desierto a orar, y a hacer penitencia y cada cual fundó un monasterio. Julián un monasterio para hombres y ella uno para mujeres.
Muchos hombres deseosos de conseguir la santidad se fueron a acompañar a Julián en su vida de religioso y lo nombraron superior. El los dirigió con especial cariño y con gran prudencia. Era el que más duro trabajaba, el que mayores favores hacía a todos y el más fervoroso en la oración. Y dedicaba muchas horas a la lectura de libros religiosos y a la meditación.
A los súbditos nunca los reprendía con altanería ni con malos modos o delante de los demás, sino en privado, con frases amables, comprensivas y animadoras, que les demostraban el gran aprecio y amor que les tenía, y que llegaban al fondo del alma y obtenían verdaderas conversiones.
Los religiosos decían que Julián era muy exigente y duro para sí mismo, pero admirablemente comprensivo y amable para con los demás, y que gobernaba con tal prudencia y caridad a los monjes que éstos se sentían en aquél desierto más felices que si estuvieran en el más cómodo convento de la ciudad.

Para a continuación, descubrir lo siguiente:
Y sucedió que estalló en Antioquía la persecución contra los cristianos, y el gobernador Marciano ordenó apresar a Julián y a todos sus monjes. Centenares de cristianos fueron siendo quemados por proclamar su amor a Jesucristo, y cuando le llegó el turno a San Julián los persecutores le ofrecieron altos cargos y capital por su abandono religioso; ante la negativa de éste, le otorgaron terribles latigazos, con fuetes que tienen pedacitos de hierro en los extremos; pero uno de los verdugos al retirar rápidamente el fuete, es herido gravemente en un ojo por la punta de hierro del látigo. Julián oye el grito de dolor y llamando al verdugo le coloca sus manos sobre el ojo destrozado y se obtuvo inmediatamente la curación.
Los verdugos le cortan la cabeza al santo, pero en ese momento el joven Celso, hijo del perseguidor Marciano, al ver con qué gran valentía y alegría ha ido a la muerte este amigo de Cristo, se declara él también seguidor de Jesús y se hace cristiano.

Estas indagaciones, junto con los restos encontrados, llevaban a una vía de interpretación posible.
La inscripción de “EROS” es más difusa, menos profunda, y por lo tanto, más antigua que la inscripción de la cruz cristiana, que ha sufrido menos la erosión al estar más cercana su ejecución en el tiempo; por consiguiente, se trata de un caso de sincretismo: cristianización de un culto pagano anteriormente instaurado.
A partir de este hecho, la interpretación más probable es el primer culto de la piedra a “EROS” y así, al amor entre hombres, en su sentido más físico (el de los griegos). Esta cultura pudo llegar en época romana, quienes se adjudicaron y asumieron la herencia de la cultura griega. Es muy probable, así, que la escena tan desfigurada de la cara sureste de la piedra, pudiera ser una escena de este culto y/o del propio “amor entre hombres” físico.
La llegada del cristianismo serviría, como en otros muchos casos (véase la interpretación de “las tres Marías” en Piedra Escrita), para reinterpretar las inscripciones de la piedra como “el amor entre hombres” espiritual, o más conocido como el “amor al prójimo”. La escena sería raspada (y no quizás deteriorada por la erosión) y al lado de la inscripción original romana de la deidad se inscribió la cruz cristiana. De esta forma tan sutil, el culto variaría totalmente con unos pequeños cambios de interpretación.
Para culminar el culto de “amor entre hombres” espiritual cristiano, se denominó al lugar como la ermita de San Julián, aquel santo que creó el convento solo para hombres, a los que amaba; y se construyó una ermita junto a la piedra con la inscripción.
La tumba antropomórfica asociada, como dijimos, más moderna que las de Piedra Escrita, pudiera ser del primer sacerdote o de la persona que dedicó el monumento a la deidad.
Como conclusión, y justificando que lo anterior es una hipótesis, aunque muy extendida entre expertos y arqueólogos que hemos consultado desde Diario Corucho, pudiera tratarse de un antiguo monumento “gay” que fue transformado como un monumento al “amor entre hombres” espiritual cristiano (amor al prójimo) representado por San Julián, el actual nombre del paraje.

Desde Diario Corucho seguiremos con las indagaciones en esta y otras zonas, contribuyendo a descubrir en la medida de lo posible todo lo referente a los restos arqueológicos en el término municipal de Cenicientos y aledaños, el contexto geográfico de la zona de Piedra Escrita. Además, desde esta entrega del trabajo “El Misterio de Piedra Escrita”, queremos agradecer a las personas que colaboran con el equipo de investigación de Diario Corucho; desde el lector anónimo que nos ayudó a comenzar esta investigación como a los ciclistas que lo descubrieron finalmente y los expertos en arqueológicos que han contribuido a la elaboración de estas conclusiones.

Próxima entrega de “El Misterio de Piedra Escrita”: Tumbas antropomórficas en Cenicientos

Cualquiera que quiera colaborar puede hacerlo mandando un correo electrónico a diariocorucho@gmail.com